Darkrai es un Pokémon tipo siniestro que produce pesadillas tanto a humanos como a pokemon pero, ¿Lo hace queriendo o sin quererlo? Mucha gente dice que lo hace queriendo y que es un ser horrendo que odia a la humanidad. Bueno, en cierta parte tienen razón.
Darkrai odia a la humanidad, pero no quiere rebajarse a su nivel, es por eso que se oculta una isla, para evitar causarles pesadillas. Pero, como siempre, hay humanos que quieren más poder, es por eso que van a intentar capturarlo sin éxito. Darkrai estaba harto de todo eso y siempre se preguntaba el porque le pasaba eso. A veces pensaba que era una maldición dada por arceus, el dios de ese mundo. Otras veces pensaba porque era por ser él mismo en un pasado, por ser un Pokémon amable y bueno que nunca le hacía daño a nadie. Pero todo cambió cierto día en el que conoció a una chica muy bonita llamada Friya. Ambos se enamoraron a primera vista, pero los padres de la muchacha no querían que estuviera con un Pokémon, si no con un hombre que era muy machista y misógino.
A Darkrai no le gustaba eso pero no pudo hacer nada por evitar la boda. Tras eso, vio como su amada era violada por ese hombre. Tras eso, el hombre la asesinó brutalmente para, seguidamente, mentir diciendo que su esposa se había suicidado por problemas mentales. Darkrai no lo dudo y asesinó a ese mal hombre haciéndole pagar por todo lo que hizo. Darkrai no siente arrepentimientos por lo que hizo, de echo, se sintió bastante bien. Pero sabía que no debía hacerlo pues estaba mal.
Tras lo ocurrido, se fue a esa pequeña isla en la que hizo su vida con normalidad.Un día que iba a recoger bayas se encontró con una niña de ocho años muy bonita que estaba perdida en el bosque. Darkrai no lo dudó y se la llevó a la mansión en donde vivía. Ahí le dejó bebida y agua para que comiera un poco.
- Pequeña niña, ¿Donde están tus padres? -preguntó darkrai preocupado.
-No tengo padres, ellos murieron en un accidente de barco -dijo la niña algo triste.
- Eso es terrible, lo siento por la perdida -dijo Darkrai.
- No te preocupes, es algo con lo que debo de convivir supongo -dijo la pequeña algo triste.
- Supongo -dijo Darkrai. -por cierto, ¿Cómo llegaste aquí? -Eso último lo preguntó algo curioso.
- En barco. Un marinero muy majo me trajo aquí porque yo se lo pedí. Quería venir porque sabía que había un Pokémon que estaba solo y sin nadie que le protegiera y quería ver si era verdad.
- ¿Protegerme? -preguntó darkrai, impresionando, ante tal revelación.
- Si, no preguntes el por qué, pero siento que debo protegerte. Mi corazón me dice eso jeje -dijo la niña con una sonrisa en su rostro.
Darkrai se sonrojó y no sabía el por qué.
- Está bien jeje, puedes quedarte conmigo si es lo que deseas -dijo Darkrai con una sonrisa en su rostro.
La niña, feliz, se lanzó hacia Darkrai para darle un abrazo. Desde ese día ambos vivieron juntos. Ambos eran felices y siempre estaban juntos, tanto en las cosas buenas como en las cosas malas.
A pesar de ser tan diferentes, ambos se llevaban muy bien, demasiado de echo. Son tal para cual, se entienden a la perfección, como si se conocieran de toda la vida. Lo hacían todo juntos, incluso dormían juntos como si fueran hermanos o una pareja.
La niña llamada Karol se volvió una hermosa mujer con el pasar de los años. Su cabello negro era tan largo que casi parecía Rapunzel, sus ojos azules eran muy brillantes y su piel era muy pálida.
Darkrai siempre protegía a su entrenadora ya que le había cogido mucho cariño, incluso más de la cuenta. Llegó a enamorarse de Karol, pero no quería decírselo por lo que pudiera pasar, aparte de que no quería que se volviera a repetir lo que ocurrió hace años.
- Darkrai, ¿Sabes que eres lo más preciado que tengo? -dijo Karol dándole un abrazo.
- Si, lo sé jeje -dijo Darkrai acariciando la cabeza de la joven.
La muchacha sonrió y besó la mejilla del Pokémon, lo cual hizo que se sonrojara aún más de lo que ya estaba. Darkrai era feliz con esa niña, su dolor había disminuido con creces y sentía que no iba a estar solo nunca más. El problema es que sabía que, tarde o temprano, la niña moriría y volvería a estar solo otra vez.
El no quería que ocurriera eso, pero era algo que no podía evitar aunque quisiera. Es por eso que siempre la protegía de todo mal, aunque eso significara que el acabase herido, pero le daba igual. No quería que pasara lo que pasó en un pasado, era algo que debía de impedir a toda costa.
A Karol no le gustaba que se arriesgara tanto ya que le preocupaba su preciado darkrai. Era el único ser que se había quedado con ella pues, desde que sus padres murieron en aquel accidente, nadie quiso encargarse de ella porque, según ellos, era la oveja negra de la familia y debía morir. Es por eso que decidió escapar lejos para no tener que soportar tanta mierda.
Ambos eran almas que se necesitaban la una a la otra, eran seres incomprendidos en un mundo llenos de monstruos despiadados que solo sabían criticar a los demás y hacerles la vida imposible.
Si no se hubieran encontrado, no hubieran seguido vivos durante mucho tiempo. Y así pasaron los años, años que disfrutaron demasiado. Pero como Darkrai sospechó, su amada Karol murió por la edad. Pero ahí supo que hacer.
Cogió el alma de su amada Karol y ahí se dio cuenta de que esa alma era la de Friya. Ahí se quiso matar por no haberse dado cuenta antes de eso. En ese momento, Cresselia, una Pokémon legendaria, apareció en esa casa.
- Darkrai -dijo esta en un tono amable.
- Cresselia, no hice nada malo en estos años, no sé qué haces aquí -dijo Darkrai en un tono frío y cortante.
- Lo se, lo se -dijo Cresselia.
- Entonces, ¿Qué haces aquí? -dijo Darkrai impresionado.
- Bueno, solo venía a darte un mensaje de arceus -dijo Cresselia en el mismo tono amable.
En ese momento Darkrai se puso delante del alma de su amada, protegiéndola.
- Ni se te ocurra hacerle nada a mi amada -dijo Darkrai cabreado.
- Tranquilo fiera, no voy a robarla para entregársela a arceus, solo quería decirte que arceus quería darle una oportunidad de vivir por toda la eternidad a tu amada -dijo Cresselia con esa misma sonrisa.
En ese momento Darkrai no supo que decir. Estaba demasiado sorprendido como para decir algo. Pasados unos minutos, logró gesticular unas palabras.
- Cresselia, si eso es verdad, por favor, hazlo, quiero que mi amada viva por siempre -dijo Darkrai nervioso.
- Tranquilo, ahora lo hago -dijo Cresselia calmada.
En ese momento usó un poder que hizo la alma de la amada de Darkrai se convirtiera en un Pokémon, nada más ni nada menos en una meloetta variocolor. Darkrai, sin dudarlo, abrazó a esa Meloetta. La Meloetta hizo lo mismo.
Al fin las dos almas estaban juntas de nuevo, pero esta vez, iban a estar juntas por siempre.
Fin