Miyuki era una niña de 5 años muy linda y hermosa, de largo pelo negro, ojos rojos, piel morena y bastante alta para su edad. Siempre había adorado los juegos de pokémon, sobretodo los mundo misterioso. Era una saga que le marcó desde que los jugó hace ya un año. Su juego favorito, el exploradores del cielo, lo cuidaba como oro al paño, nunca se separaba de él.
Aún recuerda cuando apareció grovyle, un pokemon que tiene una apariencia de lagartija con una hoja larga en su cabeza y, en sus brazos, tiene unas hojas afiladas.
A Miyuki le parecía bastante mono, aparte, su personalidad le volvía loca. Con el paso de los años, Miyuki jugó a todos los juegos de Pokémon existentes y, en todos ellos, llevaba un Treecko llamado Nico. Siempre piensa que es su inicial verdadero ya que nunca se separa de él. No sabe el por qué le gusta tanto, es como si tuviera una conexión con él.
A veces sueña que ese pokemon que tanto le gusta se convierte en un joven apuesto de cabello castaño, ojos rojos y muy alto. No entendía el por qué ocurría eso, pero era feliz igualmente pues se sentía protegida por ese ser tan apuesto.
A veces sueña que ese pokemon que tanto le gusta se convierte en un joven apuesto de cabello castaño, ojos rojos y muy alto. No entendía el por qué ocurría eso, pero era feliz igualmente pues se sentía protegida por ese ser tan apuesto.
Cuando Miyuki cumplió 18 años hace ya unos meses, se fue a un mercadillo navideño para poder comprar alguna cosa que le guste ya que, desde hace 2 años, vive sola. Cuando llegó al mercadillo, se fue a un puesto en el que había un montón de videojuegos antiguos, tanto de ds como de Game Boy. Esta, emocionada, quiso comprar alguno que no tuviera. De repente, se fijó en un juego de la ds que nunca vio antes, este era de color verde brillante y en la pegatina del juego ponía: Pokémon verde del corazón.
- Wow, ¿y este juego? -dijo Miyuki, sorprendida y curiosa al mismo tiempo.
- Es un fanmade de mi hijo que murió hace unos años. Siempre quiso regalárselo a la chica que le gustaba, pero se distanciaron por el trabajo de la muchacha y no se volvieron a ver. Además, los padres de la chica me dijeron que la chica sufrió un accidente y perdió parte de la memoria -explicó el dependiente.
Ahí Miyuki se sorprendió ya que recuerda que sus padres le contaron que sufrió un accidente de tráfico, pero pensó que era una simple coincidencia.
- Si solo tiene esa copia, quiero que se la dé a la chica que le gustaba a su hijo, no quiero apoderarme de algo que no me pertenece -dijo Miyuki algo triste.
- No te preocupes cielo, tengo muchas copias que hice por si acaso jeje. Puedes tomarlo si quieres, además gratis, cortesía de la casa -dijo el señor sonriendo.
- ¿En serio? Bieeeen, muchas gracias -dijo Miyuki, feliz.
El señor, sonriendo, le dio el juego y Miyuki no paró de agradecérselo muchas veces. Cuando llegó a casa, cogió su nintendo ds vieja y puso el juego para ver si funcionaba. Para su sorpresa, si funcionaba, por lo que no dudó en ningún momento y se puso a jugarlo como una viciada fuera. El principio del juego era similar que pokémon diamante, pero con cosas diferentes, como el rival, que era algo más tranquilo y no tan alocado como Israel.
Cuando llegó el momento de ir al lago Veraz, vio que había un personaje al que no conocía en absoluto. Se acercó hacia él para, seguidamente, hablar con él. Lo que le dijo le sorprendió demasiado.
- Toma, ten a este pequeño Treecko, creo que te puede ayudar -dijo el señor misterioso.
- ¿Qué carajos? ¿Un treecko, así por la puta cara? -Pensó Miyuki sorprendida. -Bueno, será parte del juego supongo, le pondré Nico cuando me deje elegir el mote.
Eso fue lo que pensó para tranquilizarse, porque si no se iba a rayar demasiado. Fue al lago Veraz junto a su rival, el cual le estaba esperando en la entrada.
- Vamos a entrar Miyu... espera, ¿qué tienes ahí? -dijo el rival, el cual parecía sorprendido al ver que su rival tenía una pokeball en la mano.
- ¿Esto? es una pokeball que me dio ese señor mayor que siempre vemos en la salida del pueblo -contestó el personaje que manejaba Miyuki y, en ese momento, a la chica casi le da algo.
- Mi personaje... ¿acaba de hablar? -dijo Miyuki en voz alta. -bueno, será algo nuevo del juego, no sé por qué me sorprendo tanto por estas cosas.
Eso último lo pensó llevándose la mano derecha a la cabeza porque le estaba comenzando a doler un poco debido a todas las cosas que estaban pasando. Cuando el rival y el personaje de Miyuki, vieron al profesor Oak y al personaje masculino del juego, pero estaba algo cambiado, ya que tenía el pelo rojizo en vez de negro. También parecía que era algo largo hasta los hombros.
El personaje femenino tenía el pelo rojizo también, pero era cortito.
Cuando tanto el profesor y su ayudante vieron a los dos personajes, se acercaron a ellos para hablar con ellos.
- Hola pequeños niños, ¿habéis venido a ver si podéis ver al Pokémon del lago? Siento deciros que aquí no encontraréis nada, ya hemos estado buscándolo y no lo hemos podido encontrar -dijo el profesor Serbal.
- Pues vaya mierda, pero bueno, tendremos que ir a buscarlo en otra parte, ¿no Miyu? -preguntó el rival al personaje de Miyuki.
- Nah, yo paso, creo que iré a desafiar a los líderes de gimnasio y a participar en algún que otro concurso, que eso me interesa más que tener un legendario la verdad -dijo el personaje de Miyuki.
- Eres una aburrida tía, pero vale, lo que tú digas -dijo el rival.
Total, que después de esa frase, el profesor y su ayudante se fueron al laboratorio.
- Bueno, creo que deberíamos irnos a casa -dijo el rival llamado Keith.
- Está bien -dijo el personaje de Miyuki.
Miyuki estaba tan enganchada al juego que no podía parar, era una adicción.
- Este juego tiene una pintaza increíble, voy a seguir jugando, aunque sea un poco más -dijo Miyuki emocionada. – Ahora que lo pienso, no vi las estadísticas de mi pequeño Nico. Voy a verlas ahora.
Eso lo dijo antes de ir a ver las estadísticas. Cuando las miró, se quedó sorprendida al ver que ese pequeño treecko era muy fuerte a pesar de estar en su primera fase evolutiva.
- Madre santa, mi pequeño Treecko va a partir cabezas. Bueno, voy a continuar, aunque sea un poco más. que quiero terminar esto de una vez -dijo Miyuki feliz.
Tras decir eso, se fue al siguiente pueblo, pueblo Arena. Ahí vio al personaje masculino del juego, que le estaba esperando.
- Hola, ven conmigo, que he de enseñarte lo básico, aunque seguro que ya lo sabes todo, pero ya sabes, el profesor me obliga a hacerlo a pesar de que la gran mayoría de entrenadores saben lo que es el centro pokémon y la tienda pokémon -dijo este en un tono serio.
- Está bien -dijo el personaje de Miyuki.
- Vaya, me ha gustado eso jaja, vaya forma más sutil de decir que esos tutoriales ya cansaban -dijo Miyuki riendo.
Tras que le mostrara todo, el ayudante le dio unas pokeballs para, seguidamente, irse al laboratorio.
- Bien, ahora a continuar con este juego -dijo la chica emocionada.
Miyuki fue avanzando por la ruta mientras miraba embelesada los gráficos del juego que, a pesar de estar echos con los de la ds, se veían más pulidos y cuidados. Cuando Miyuki llegó a ciudad Jubileo, vio que había un chico que, al ver al personaje que manejaba la chica, se acercó a ella y le dijo:
- Perfecto, ten esto -dijo este dándole un objeto el cual era el lazo de la promesa.
En ese momento a Miyuki le dio un dolor de cabeza. Sentía que conocía ese lazo pero no recordaba de que.
- Ay, mi cabeza, como me duele coño. ¿por qué siento que conozco ese lazo? -dijo Miyuki llevándose la mano a la cabeza.
De repente, se acordó de que tenía un lazo en la muñeca. Lo miró fijamente y le volvió a doler la cabeza. Miyuki no entendía el por qué le dolía tanto, pensaba que solo era una coincidencia que le dieran un lazo.
- Bueno, mejor no pienso en eso ahora, voy a continuar jugando un rato -pensó Miyuki.
Tras que el personaje se fuera, Miyuki miró la descripción de ese lazo de la promesa. Su descripción era la siguiente:
"este lazo potencia todas las estadísticas del pokémon que lo porte, solo funciona con treecko y sus evoluciones."
- La virgen, este lazo es la hostia hablando claro, ahora mismo se lo pongo a mi pequeño Nico -dijo Miyuki feliz.
Miyuki le puso el lazo a su Nico y continuó su aventura. El juego era un vicio, tenía una buena historia que relataba la aventura de una entrenadora que combatía en los gimnasios y participaba en los concursos pokémon. Con el tiempo el treecko evolucionó en un poderoso sceptile.
Tras combatir en el último gimnasio, fue al Centro Pokémon para que sus pokémon recuperaran fuerzas. Después de eso, salió del Centro Pokémon de ciudad Canal para, seguidamente, ir a la liga pokémon. Tardó un rato, pero por fin llegó a ese lugar para enfrentarse al alto mando. No le costó demasiado, ya tenía una estrategia pensada desde el principio.
Pensó que la campeona iba a ser Cintia, pero se sorprendió al ver que el campeón era nada más y nada menos que su rival.
- Anda, aquí estás Miyuki, has tardado mucho, te he estado esperando durante días. Ahora, combatamos, que quiero ganarte de una puta vez -dijo el rival.
- Entendido, combatamos -dijo el personaje de Miyuki en un tono serio.
En ese momento comenzó el combate. A Miyuki le costó mucho el combate, tanto, que solo le quedaba su Nico y, a su rival, le quedaba el inicial, el cual era un infernape y un staraptor.
- Genial, de puta madre, ¿qué hago ahora? Nico está débil y no quiero que sufra aún más -dijo Miyuki desesperada.
En ese momento, Nico usó un ataque nuevo sin que Miyuki seleccionara nada. Este ataque se llamaba espadas de la esperanza. Esto hizo que el staraptor se debilitara.
- La madre, esto sí que no me lo esperaba la leche. Perfecto, ahora solo queda derrotar al infernape, a ver si le gano, que ya tengo ganas de ver el final de este juego -pensó Miyuki emocionada.
Y, así, comenzó la batalla contra el infernape. Nico volvió a usar el mismo ataque que antes, el cual dejó a ese mono de fuego con la vida en rojo. Miyuki se asustó al pensar que se activaría la habilidad mar llamas del infernape, pero con suerte el giro fuego que iba a usar fue esquivado por el sceptile. La chica suspiró tranquila y ordenó a Nico que usara recurrente. De un solo golpe consiguió quitarle la vida que le quedaba al mono de fuego.
Miyuki estaba feliz por haber terminado el juego, le había gustado mucho, pero, tras los créditos, salió un mensaje que decía lo siguiente:
"Miyuki, recuérdame por favor…"
- ¿Qué te recuerde? Pero, ¿quién eres? -dijo Miyuki dudosa.
En ese momento la ds mostró un flash lo cual hizo que Miyuki cerrara sus ojos. Al abrirlos Miyuki se llevó el mayor susto de su vida. Ahí, frente a ella, estaba ese sceptile de su juego.
- Por fin puedo volver a verte mi pequeña fierecilla -dijo ese pokémon acariciando la cabeza de su entrenadora.
- ¿pequeña fierecilla? -dijo Miyuki dudosa.
- Ah, cierto, no me recuerdas... por culpa de ese accidente... -dijo ese sceptile triste.
- ¿Accidente? -dijo Miyuki aún en ese tono dudoso.
- Si, ¿recuerdas que ese señor mayor dijo que la mejor amiga de su hijo sufrió un accidente? -dijo ese sceptile.
- Si, lo recuerdo -dijo Miyuki seria.
- Pues bien, esa amiga eras tú -dijo ese sceptile serio.
En ese momento Miyuki se quedó en shock, no sabía que decir.
- Si no me crees, te lo mostraré -dijo el sceptile chasqueando sus dedos.
Lo hizo y, en ese momento, muchas imágenes aparecieron en la cabeza de Miyuki y lo recordó todo. El momento en el que estaba jugando con el niño de sus sueños y este, al cruzar la calle, estuvo a punto de ser atropellado pero Miyuki lo impidió empujando a ese niño. No se lo podía creer, había perdido a un amigo y ella no lo recordaba pues estaba en coma tras que el coche la atropellara.
- Y..., ¿sabes por qué el niño a muerto? -dijo Miyuki aún sorprendida por lo que acababa de ver.
- Murió por la depresión de no saber si volvería a ver a su amiga, bueno, más bien, morí -dijo el sceptile mirando sus manos.
En ese momento Miyuki le miró a los ojos fijamente sorprendida sin saber que decir.
- Si, soy yo, tu mejor amigo Nico -dijo el sceptile mirándola a los ojos también,
Justo en ese momento, un ruido hizo que el sceptile llamado Nico desapareciera de la vista de Miyuki. Ella le pidió que no se fuera, que estuviera más con ella y que no la abandonara pero, en ese preciso instante en el que formuló esas palabras, despertó en la camilla de un hospital. Sus padres estaban a su lado preocupados por su hija.
- Hija, menos mal que abriste los ojos -dijo la madre cogiendo una de sus manos con lágrimas en sus ojos.
- Madre, ¿qué me pasó? -preguntó la muchacha llevándose una de las manos a la cabeza.
- No contestabas a nuestras llamadas y nos preocupamos y, al entrar a tu casa gracias a la policía, nos encontramos con que estabas desmayada en tu cama con la consola encendida -dijo la madre, la cual cogió la otra mano de su hija.
Miyuki se quedó en shock, no sabía que contestar.
- Hija mía, no llores mi pequeña, está todo bien -dijo el padre.
- Pero... yo estaba con...-dijo Miyuki aún con las lágrimas en los ojos.
-¿Con quién mi pequeña? -dijo la madre preocupada.
- Con Nico...- dijo la muchacha secándose las lágrimas.
- Así que por fin le recordaste -dijo el padre cogiendo una de sus manos.
- ¿Recordarle? -dijo Miyuki sorprendida.
- Sí, él era tu mejor amigo desde críos, pero, en el accidente, lo olvidaste, como si nunca lo hubieras conocido. A veces escribías historias con el nombre de Nico, como si tu inconsciente intentase recordarlo -dijo el padre.
- ¿Y por qué no me dijisteis nada? -dijo Miyuki entre lágrimas.
- El médico nos recomendó decirte nada, por si volvías a desmayarte o algo por el estilo. Pensó que era mejor que intentaras recordar todo por tu cuenta -dijo la madre.
- Entiendo... -dijo Miyuki aún llorando.
- Anda, ven aquí que te demos un abrazo -dijo el padre rodeando a su hija con sus brazos.
La niña abrazó a sus padres aún con lágrimas en los ojos, pero al rato se le pasó y pudieron dejar a su casa. Miyuki, al entrar en su habitación, vio que su ds estaba ahí, por lo que la cogió para encenderla y ver si todo estaba en orden.
Y así era, estaba todo en donde lo había dejado. Y ahí estaba Nico. Miyuki esbozó una sonrisa y acarició la pantalla.
- Aunque no te recuerde del todo, siempre vivirás en mi corazón, mi querido Nico -dijo Miyuki aún con la sonrisa en el rostro.
En ese momento Miyuki sintió un beso en su mejilla y escuchó una voz que le dijo.
- "Yo también te tendré en mi corazón, mi pequeña Miyuki" -dijo esa voz.
Y, así, Miyuki estuvo jugando a ese juego para verse con su querido Nico. Cada vez que podía iba al mercadillo para ver al padre de su difunto amigo para hablar con él y hacerle compañía, incluso llegó a contratarla para que le ayudara en la tienda. Así estuvo hasta que, un día, un chico apareció en la tienda y, al cruzarse la mirada de ambos jóvenes, se reconocieron al instante y se fundieron en un largo abrazo.
- Por fin volvernos a vernos Nico -dijo Miyuki feliz.
- Si, al fin nos volvemos a encontrar. mi querida entrenadora -eso lo dijo Nico, sonriendo también.
Fin.
En ese momento la ds mostró un flash lo cual hizo que Miyuki cerrara sus ojos. Al abrirlos Miyuki se llevó el mayor susto de su vida. Ahí, frente a ella, estaba ese sceptile de su juego.
- Por fin puedo volver a verte mi pequeña fierecilla -dijo ese pokémon acariciando la cabeza de su entrenadora.
- ¿pequeña fierecilla? -dijo Miyuki dudosa.
- Ah, cierto, no me recuerdas... por culpa de ese accidente... -dijo ese sceptile triste.
- ¿Accidente? -dijo Miyuki aún en ese tono dudoso.
- Si, ¿recuerdas que ese señor mayor dijo que la mejor amiga de su hijo sufrió un accidente? -dijo ese sceptile.
- Si, lo recuerdo -dijo Miyuki seria.
- Pues bien, esa amiga eras tú -dijo ese sceptile serio.
En ese momento Miyuki se quedó en shock, no sabía que decir.
- Si no me crees, te lo mostraré -dijo el sceptile chasqueando sus dedos.
Lo hizo y, en ese momento, muchas imágenes aparecieron en la cabeza de Miyuki y lo recordó todo. El momento en el que estaba jugando con el niño de sus sueños y este, al cruzar la calle, estuvo a punto de ser atropellado pero Miyuki lo impidió empujando a ese niño. No se lo podía creer, había perdido a un amigo y ella no lo recordaba pues estaba en coma tras que el coche la atropellara.
- Y..., ¿sabes por qué el niño a muerto? -dijo Miyuki aún sorprendida por lo que acababa de ver.
- Murió por la depresión de no saber si volvería a ver a su amiga, bueno, más bien, morí -dijo el sceptile mirando sus manos.
En ese momento Miyuki le miró a los ojos fijamente sorprendida sin saber que decir.
- Si, soy yo, tu mejor amigo Nico -dijo el sceptile mirándola a los ojos también,
Justo en ese momento, un ruido hizo que el sceptile llamado Nico desapareciera de la vista de Miyuki. Ella le pidió que no se fuera, que estuviera más con ella y que no la abandonara pero, en ese preciso instante en el que formuló esas palabras, despertó en la camilla de un hospital. Sus padres estaban a su lado preocupados por su hija.
- Hija, menos mal que abriste los ojos -dijo la madre cogiendo una de sus manos con lágrimas en sus ojos.
- Madre, ¿qué me pasó? -preguntó la muchacha llevándose una de las manos a la cabeza.
- No contestabas a nuestras llamadas y nos preocupamos y, al entrar a tu casa gracias a la policía, nos encontramos con que estabas desmayada en tu cama con la consola encendida -dijo la madre, la cual cogió la otra mano de su hija.
Miyuki se quedó en shock, no sabía que contestar.
- Hija mía, no llores mi pequeña, está todo bien -dijo el padre.
- Pero... yo estaba con...-dijo Miyuki aún con las lágrimas en los ojos.
-¿Con quién mi pequeña? -dijo la madre preocupada.
- Con Nico...- dijo la muchacha secándose las lágrimas.
- Así que por fin le recordaste -dijo el padre cogiendo una de sus manos.
- ¿Recordarle? -dijo Miyuki sorprendida.
- Sí, él era tu mejor amigo desde críos, pero, en el accidente, lo olvidaste, como si nunca lo hubieras conocido. A veces escribías historias con el nombre de Nico, como si tu inconsciente intentase recordarlo -dijo el padre.
- ¿Y por qué no me dijisteis nada? -dijo Miyuki entre lágrimas.
- El médico nos recomendó decirte nada, por si volvías a desmayarte o algo por el estilo. Pensó que era mejor que intentaras recordar todo por tu cuenta -dijo la madre.
- Entiendo... -dijo Miyuki aún llorando.
- Anda, ven aquí que te demos un abrazo -dijo el padre rodeando a su hija con sus brazos.
La niña abrazó a sus padres aún con lágrimas en los ojos, pero al rato se le pasó y pudieron dejar a su casa. Miyuki, al entrar en su habitación, vio que su ds estaba ahí, por lo que la cogió para encenderla y ver si todo estaba en orden.
Y así era, estaba todo en donde lo había dejado. Y ahí estaba Nico. Miyuki esbozó una sonrisa y acarició la pantalla.
- Aunque no te recuerde del todo, siempre vivirás en mi corazón, mi querido Nico -dijo Miyuki aún con la sonrisa en el rostro.
En ese momento Miyuki sintió un beso en su mejilla y escuchó una voz que le dijo.
- "Yo también te tendré en mi corazón, mi pequeña Miyuki" -dijo esa voz.
Y, así, Miyuki estuvo jugando a ese juego para verse con su querido Nico. Cada vez que podía iba al mercadillo para ver al padre de su difunto amigo para hablar con él y hacerle compañía, incluso llegó a contratarla para que le ayudara en la tienda. Así estuvo hasta que, un día, un chico apareció en la tienda y, al cruzarse la mirada de ambos jóvenes, se reconocieron al instante y se fundieron en un largo abrazo.
- Por fin volvernos a vernos Nico -dijo Miyuki feliz.
- Si, al fin nos volvemos a encontrar. mi querida entrenadora -eso lo dijo Nico, sonriendo también.
Fin.
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