Corría hacia mi habitación con el bol de cereales en la bandeja. Tenía que llegar rápido pues estaba a punto de comenzar un programa en poketube en donde participa esa linda gardevoir tan famosa por ser la pokémon de una princesa. No sé qué tiene pero me tiene locamente enamorado.
¿Yo? Yo me llamo Makoto, tengo 23
años recién cumplidos. Soy muy alto, de ojos marrón oscuro, pelo negro como el
azabache y piel blanca. Sí, soy bastante normalito, pero que le voy a hacer yo.
Me considero guapo, pero tampoco me lo tengo tan creído como algunos de mis
compañeros de trabajo.
Sí, tengo un trabajo en un
restaurante y me pagan bastante bien, para que nos vamos a engañar. EL jefe es
muy majo y me trata como si fuera su hermanito pequeño, pues este tiene 30
años. Él sabe que llevo viviendo solo desde los 16 años porque mis padres
murieron en un accidente de tráfico un día de verano dejándonos a mi hermana
pequeña y a mí solos, por lo que me tuve que poner a buscar trabajo como un
loco para poder mantener la casa.
Sí, tengo una hermana pequeña de 13
años que es lo más adorable de este mundo. Se llama Kaede y de lo poco que me
mantiene cuerdo. Se parece mucho a mí, pero sus ojos son de un color azulado.
Bueno, mejor me dejo de
palabrería, que el programa está a punto de empezar. Me senté en la silla y
encendí el ordenador. Cuando ya estaba encendido, abrí poketube encontrándome
con la sorpresa de que el canal que iba a estar emitiendo el programa dejó un
aviso en la pestaña de comunidad diciendo que no iban a poder hacer el programa
porque le han surgido varios problemas.
Justo cuando terminé de leer el
mensaje me saltó una notificación de que esa linda gardevoir llamada Sakura.
Rápidamente le di y me llevó a un vídeo en el que el título decía: necesito
vuestra ayuda. ¿Nuestra ayuda? Tengo que ver este vídeo a la de ya. Tras unos
segundos el vídeo comenzó.
- Por favor, necesito vuestra
ayuda, un tipejo asqueroso ha secuestrado a mi maestra y pide una alta
recompensa de 3 millones de poke-euros por ella o que yo me vaya con él para
ser su esclava. El tipejo dijo que si se le derrotaba a un combate la
devolvería sin pedir nada a cambio pero ninguno de los que habitamos el palacio
podemos combatir contra él pues tiene un equipo muy poderoso, por eso os pido
ayuda a vosotros. El combate iba a ser en el parque Federico García Lorca a las
tres de la tarde –dijo Sakura entre
lágrimas.
Yo me quedé impresionado, me
parece increíble que un tipejo asqueroso haga ese tipo de cosas solo por el
dinero. No dudé en ningún momento y le dije que yo le ayudaría en todo lo
posible pues en los comentarios solo estaban criticándola diciéndole que se
jodiera, que la princesa se lo tenía merecido por no ser una princesa retacada
e inocente.
Eso me daba coraje, por eso
decidí que iba a rescatarla por esa linda gardevoir, es por eso que me arreglé
y me llevé a mi hermana pequeña al parque. No tardé mucho en llegar pues vivía
al lado. Allí vi a un tipo robusto, de piel algo morena y pelo rubio. Ahí
también se encontraba Sakura y la princesa.
- ¿Así que tú eres el tipejo que
va a ayudar a la putita gardevoir y a la princesucha? Vaya, veo que eres poca
cosa, acabaré contigo en menos que canta un gallo –dijo el chico sacando de una
ultraball a un abobasnow.
No dije nada y saqué a mi
sceptile llamado Nico. Este lo atrapé cuando aún era un niño de 4 años y, desde
ese día, éramos los mejores amigos. El abobasnow comenzó usando una ventisca
que esquivamos con mucha facilidad. Cuando Nico estaba en el aire tras esquivar
la ventisca, le ordené una combinación de ciclón de hojas y energibola que
acertó a ese abosbasnow de lleno, lo cual hizo que se quedara casi sin energía.
El chico rubio se quedó
impresionado al ver eso, pero recuperó la compostura y ordenó a su pokémon que
usara rayo hielo, pero lo esquivamos también con mucha facilidad.
- Muy bien Nico, ahora usa tijera
X –le ordené a mi querido pokémon.
Este obedeció sin rechistar y el
abobasnow no pudo esquivarlo haciendo que se debilitara. El chico rubio se
quedó impresionado sin saber que decir.
- Rubiales, te he vencido, ahora
suelta a la princesa –dije en un tono serio.
El chico no dijo nada y se largó
no sin antes hacer que su pokémon regresara a la pokeball.
- Pero, será cobarde el tío.
Bueno chicas, ya sois libres, ¿podréis volver al palacio solas? –dije
acercándome a ambas chicas.
- Sí, muchas gracias juju –dijo
Sakura no sin antes dándome un beso en la mejilla que me dejó todo loco.
- No hay de qué –dije más rojo
que un tomate.
- Bueno Sakura, ya es hora de volver.
Por cierto, muchas gracias por ayudarnos, has sido muy amable. Ya buscaré la
forma en la que agradecértelo –dijo la princesa haciendo una reverencia.
Esta era de estatura media, de
piel morena, ojos rojizos y pelo castaño oscuro con californianas moradas.
- De verdad, no hace falta que me
deis las gracias –dije negando con la cabeza.
- Pero creo que te mereces, así
que vamos a tomar algo en ese bar –dijo la princesa señalando un bar bastante
bueno en donde servían unas pizza de lujo.
Asentí con algo de timidez y nos
fuimos a ese bar. Sakura se pidió una pizza diavola que tenía buena pinta.
- Vaya, así que te gusta el
picante –dije curioso.
- Sí, me encanta, un día mi
entrenadora me dio un poco de su pizza diavola y me la comí casi entera de lo
rica que está –dijo Sakura con un tono de felicidad.
- Tía, casi pareces que quieres
casarte con la pizza, relaja mujer –dijo la princesa intentando que su pokémon
se relajara.
- Habla por ti Miyuki, que ya vas
por la mitad de la pizza y eso que nos la acaban de traer –dijo Sakura con los
mofletes inflados.
Yo comencé a reír como si no
hubiera un mañana.
- Veo que os lleváis muy bien
–dije sonriendo.
- Lo raro sería si no nos
lleváramos bien, llevamos conociéndonos desde que yo era una cría de 4 años
–dijo Miyuki sonriendo.
- Anda, como yo con mi Nico, nos
conocemos desde que tengo 4 añitos y estos años que compartí con él no los
cambiaría por nada en el mundo –dije con una sonrisa en el rostro.
- Eso es muy bonito la verdad
–dijo Sakura con esa bella sonrisa que me dejaba tonto.
De verdad, no sé qué tiene esa
gardevoir, pero me encanta demasiado.
- Oye, ¿te apetece que quedemos
de vez en cuando? –preguntó Miyuki sonriendo.
- Por supuesto, por mí bien –dije
asintiendo.
- Y por mí también –dijo Sakura.
- Siiii, así podremos jugar –dijo
mi hermana pequeña con una efusividad que hizo que todos comenzaran a reir.
Mi sceptile asintió, por lo que
nos pasamos los números de teléfono y, tras pasarnos los números de teléfono y,
tras pagar la comida, nos fuimos cada uno a nuestra casa. Día tras día me
enamoraba más de esa gardevoir. Su voz, su risa y todo de ella me volvía loco. Era
tan amable y tierna que necesitaba de su amor.
Pero había algo que temía, y era
el tema de que volviera ese tipejo que ahora sé que se llama Ryu. Sé que es un
miedo tonto, pero no sé qué me da que va a volver a aparecer para hacer daño a
esas dos. Aunque bueno, mejor no me rallo con eso y me voy a preparar los post
de un blog mío que tengo porque una cosa que no os dije es que tengo un blog
con 2000 seguidores en donde hablo de mi vida, de lo que hago, reseño
videojuegos y otras cosas que se me vayan antojando.
Todos eran muy amables y
cariñosos. Había algún que otro gilipollas que venía a insultar pero se le
baneaba enseguida y todo arreglado. Además, con ese blog podía ganar algo de
dinero por el tema de los anuncios que ponía, así que todo salía a pedir de
boca. No es que ganara mucho, era más un ingreso extra por si acaso me quedaba
sin trabajo, algo que no era muy probable.
Pasaron varios días y seguía
viéndome con las dos chicas y era todo maravilloso, eran muy amables y las
quiero mucho, pero mi amor por Sakura era más grande. Pero no se lo quiero
decir por lo que podía pensar de mí. Además, pertenecíamos a dos clases
sociales distintas y la sociedad no creo que acepte nuestra relación.
Sé que me debería dar igual lo
que pensaran los demás, pero mi inseguridad es superior a mis fuerzas. De
repente, mi móvil comenzó a sonar, sacándome de mi mente ida. Era Miyuki.
- ¿Qué pasó Miyu? –dije en un tono
serio.
- Tío, tenemos un problema muy
gordo. El gilipollas de Ryu ha secuestrado a Sakura –dijo Miyuki alterado.
- ¿Me lo estás contando en serio?
–dije asustado.
- Sí tío, lo peor es que la zona
en donde están es muy peligrosa –dijo Miyuki con la voz temblorosa.
- Miyu, relaja, tenemos que
pensar en algo, y rápido –dije intentando relajar a Miyuki.
- Pero… -dijo Miyuki sin saber
muy bien que hacer.
- Miyu, me has dicho que tenéis
la ubicación exacta, ¿cierto? –dije en un tono serio.
- Exactamente, es un piso
abandonado desde hace años –dijo Miyuki aún algo nerviosa.
- Vale, pues vamos a ir ahí y
vamos a llevárnosla de vuelta –dije decidido.
- Makoto, sabes que te quiero,
pero tu plan es un poco locura –dijo Miyuki.
- Nena, confía en mí, que tengo
un plan que sé que va a funcionar –dije intentando convencer a Miyuki.
- Como no funcione te escogorcio
–dijo Miyuki algo preocupada.
- Vale vale jaja. Anda, vamos al
sitio este a rescatar a Sakura –dije decidido.
Miyuki asintió y me colgó para,
seguidamente, mandarme la dirección de donde se encontraba Sakura. Yo le mandé
la dirección a una policía que conocía
de hace años que nos ayudó en el momento en el que nos quedamos huérfanos mi
hermana pequeña y yo. Esta me prometió que iría enseguida a donde estaba Sakura.
Mientras tanto, yo me dirigí al
edificio y, al llegar, vi que Miyuki estaba ya ahí.
- Vale, ¿Cuál es tu plan? –dijo
Miyuki con los brazos cruzados.
- Ya verás, ya verás jeje –dije
en un tono travieso.
- ¿Qué vas a liar? –dijo Miyuki
algo asustada.
- Yo no voy a liar nada –dije en
el mismo tono travieso.
En ese mismo instante, la policía
llegó.
- Hola Mako, hace tiempo que no
nos vemos, ¿Cómo te encuentras? –dijo la policía sonriendo.
- Yo bien, ¿y tú como andas Yuka?
–dije sonriendo.
- Yo bien la verdad, lista para
llevarme al malo –dijo Yuka sonriendo.
Esta era algo más alta que
Miyuki, su cabello era rubio platino y sus ojos azules. Su piel era muy blanca.
- Bueno, voy a entrar, vosotros
quedaros aquí y esperarme –dijo Yuka entrando en el edificio.
- Espero que le vaya bien –dijo
Miyuki.
- Le va a ir bien, no te
preocupes –dije con esperanzas.
- Pero… ¿cómo piensa salvar a mi
Sakura? –dijo Miyuki algo asustada.
- A ver, primero engadusa a sus
enemigos y hacen que declaren y se entreguen –dije sonriendo.
- Espero que funcione… -dijo
Miyuki no muy convencida.
- Miyuki, confía en mí, ya verás
cómo funciona todo esto –dije poniendo una mano sobre su hombro.
Tras un rato, Yuka salió del
edificio con Ryu con las esposas puestas y con Sakura que, al verme, se
abalanzó hacia mí dándome un beso en los labios que me dejó más tonto que para
qué.
- Ha sido muy fácil engadusarlo
si os digo la verdad. Me lo llevo para meterlo en la cárcel. Nos vemos otro día
Makoto –dijo Yuka en un tono de orgullo.
- E-entendido –dije aún un poco
tonto por ese beso que me dio Sakura.
Tras que Yuka se fuera con Ryu,
tanto Miyuki como Sakura como yo nos fuimos al centro pokémon para curar a
Sakura, pues tenía unas heridas en el labio y algunas partes del cuerpo. Tras
eso, juré proteger a Sakura por encima de mi vida y así fue. Y bueno, resulta
que Sakura da mucha caña jejeje.
Fin.
Bueno, he aquí un pokecuento
escrito sin ganas basado en una historia que escribí hace años. No me ha
gustado como ha quedado pero bueno, que le voy a hacer. Sin más, me despido y,
hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario